Primero, la experiencia de compra en persona permite a los clientes ver, tocar y experimentar el producto antes de realizar una compra. Esto puede ser especialmente importante en el caso de los productos, ya que los clientes pueden querer ver cómo se ve y se siente el producto antes de realizar la inversión. Además, la interacción presencial puede ayudar a disipar cualquier duda o preocupación que el cliente pueda tener sobre el producto, lo que puede aumentar su confianza en la compra.

En segundo lugar, los puntos de venta físicos permiten a las empresas crear experiencias de marca únicas y diferenciadas a través del mobiliario y las exhibiciones de productos. Esto puede ayudar a que la marca se destaque en la mente del cliente y a aumentar el valor percibido del producto. Por ejemplo, una exhibición de productos bien diseñada puede hacer que un producto parezca más elegante o avanzado, lo que puede aumentar el deseo del cliente de comprarlo.

Por último, la interacción en persona con los clientes en el punto de venta puede ayudar a las empresas a recopilar comentarios e información valiosa sobre los clientes y su comportamiento de compra. Esto puede ayudar a mejorar los productos y servicios, así como a personalizar la experiencia de compra para satisfacer mejor las necesidades del cliente. Todo esto es esencial para que las empresas aprovechen esta oportunidad para mejorar la experiencia de compra y aumentar el valor percibido del producto.

Toda esta experiencia la puedes llevar a tus canales digitales e incentivar a tu audiencia a conocerlos, generar más interacción con la marca y despegar tus ventas.